Daniela Hernández Hernández
Estudiante
de Licenciatura en Educación Preescolar en la
ENMJN
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| Kandinsky. Composición. 1916 |
Resumen
La
Licenciatura en Educación Preescolar plan 2012 incluye en la malla curricular
la asignatura optativa “Educación ambiental para la Sustentabilidad”. Como
estudiante de segundo año de la Licenciatura considero importante la inclusión
de la misma, ya que nos permite ampliar la comprensión del mundo y nuestra
relación con el medio ambiente. La reflexión en torno a esta idea es la que me
ha motivado a expresar en las siguientes líneas la necesidad de que la
formación ambiental nos acompañe en nuestro proceso como estudiantes para que,
como futuras docentes podamos generar con
nuestros niños, niñas y padres de familia, otras formas de relación con
nuestro entorno.
Palabras
clave: educación ambiental, currículum, medio
ambiente
Primeras
reflexiones
El
plan de estudios de Licenciatura en Educación Preescolar es muy reciente (2012)
este primer acercamiento nos ha llevado a tener distintas asignaturas
relacionadas con la ciencia y el medio ambiente. Como parte de la implementación de este plan de estudios
observo que una de las ventajas se centra en la inclusión de la educación
ambiental, misma que me ha generado particular interés.
Sin
embargo encuentro que se le pone poca atención a este tipo de asignaturas
dentro de la formación de los ciudadanos. Considero que todo radica en la
manera en que se mira al medio ambiente. Haciendo preguntas con diferentes
personas (desde adultos hasta niños en edad escolar) he llegado a la conclusión
que el concepto está siendo reducido a posturas naturalistas siendo que abarca
más allá. El medio ambiente no se resume solamente a la naturaleza o a la
ecología como la mayoría cree. Con el tiempo y gracias a la escuela he
modificado mi propia concepción del medio ambiente; es verdad, no es que esté
erróneo pensar que se refiere a la naturaleza, sino que hay que abrir nuestra
visión e identificar que todo lo que nos rodea y construye, es parte del medio
ambiente.
Mi
concepción al respecto se fortaleció cuando llegué a la Escuela Nacional para
Maestras de Jardines de Niños durante mis clases de la asignatura “Acercamiento
a las ciencias naturales en el preescolar” que cursé hasta el tercer semestre
de la licenciatura. Conforme fui enriqueciendo esos conceptos en mi mente me
fueron surgiendo más dudas al respecto. ¿Cuánto tiempo se ha considerado a la
naturaleza sólo como el único elemento del medio ambiente?, ¿de qué manera
afecta directamente en el mundo?, ¿cuáles son las formas en que se ha manejado
este concepto con los niños en el preescolar? Así muchas más incógnitas se generaban en mi interior hasta que llegué a
la conclusión que primero debo entender el concepto para poder explicar y
compartir con los demás.
Entender
que el medio ambiente es un conjunto de cinco esferas que forman al individuo
en sociedad (lo natural, lo económico, lo social, lo político y lo cultural, lo
cual tiene al centro el elemento más importante: el ser humano como ser
individual) ocupó parte de mi tiempo como estudiante de esta licenciatura y
propició el interés por conocer aquello que se sabía socialmente. De esta
manera comencé a recuperar esa información con las personitas más cercanas a
mí: los niños del jardín en el que estaba practicando (Lic. Alejandro Quijano).
Así, en la jornada de intervención apliqué situaciones de aprendizaje
relacionadas con el medio ambiente y la respuesta obtenida fue muy
satisfactoria ya que los niños, aunque tenían esa idea de “la naturaleza es el
medio ambiente y el medio ambiente es la naturaleza” poco a poco fueron
descubriendo que están en lo correcto, pero que existe algo más allá y que
principalmente es que ellos mismos son parte de este medio.
Es
muy enriquecedor recuperar los conocimientos previos que los niños tienen (en
mi caso, niños de primer grado de preescolar) y con base en ellos diseñar
situaciones didácticas en las que ellos no solo se identifiquen como parte de
una sociedad sino como parte de un medio ambiente que deben cuidar, que les
corresponde como seres humanos y que pueden lograrlo de muchas maneras. Por
ejemplo, al cuestionarles sobre cómo les gustaría que fuera el lugar en donde
viven un niño respondió “no quiero que haya basura ni vecinos que la tiran en
el suelo porque huele feo”; en otra actividad de esa misma jornada les
pregunté: “¿Quiénes son los que pueden cuidar al medio ambiente?” después de obtener diversas
respuestas concluimos grupalmente que nosotros mismos somos los que lo podemos
cuidar, inclusive una niña agregó: si yo cuido mi medio ambiente puedo sentirme
bien y mi mascota vivirá feliz.
Regresé
a clases con grandes experiencias y conocimientos que los niños me fueron
brindando; más allá de pretender enseñarles algo, ellos me enseñaron a mí que
no hay límites cuando se quiere transformar mentes a través de la educación.
¿Entonces que está sucediendo en las aulas? ¿qué está ocurriendo que no existe
una educación ambiental con los niños, con los estudiantes y con los ciudadanos
en general?
Considero
que el problema radica en que los que educan no están educados en este sentido.
Es aquí donde se hallan muchas respuestas a tantas preguntas. ¿Cómo educar
entonces a los que educan o educarán a tantas mentes? Una opción: incorporando
a los planes de estudio la asignatura de educación ambiental como una
asignatura de importancia y relevancia no solo individual, sino socialmente.
Comenzando
el cuarto semestre debía elegir una optativa que marcaba este plan de estudios
2012 y una las dos optativas era “Educación ambiental para la sustentabilidad”,
la cual elegí por interés propio de continuar en este quehacer y deber como
ciudadana y como docente en formación. Mi sorpresa se hizo presente al momento
de percatarme del número de horas asignadas a esta asignatura: cuatro horas
semanales. Cuatro horas que además no todas mis compañeras estudiantes podrían
tomar porque estaba asignada como optativa.
Aún
con muchas contradicciones en este plan agradecí que incluyeran y consideraran
el aspecto de lo ambiental, dado que hacer algo al respecto no solo es
importante, sino es necesario. Es importante para contribuir y enseñar a otro,
por lo cual se hace necesario que se identifique como individuo capaz de cuidar
o afecta el medio que le rodea.
Cada
día siguen existiendo millones de problemáticas que afectan al mundo y que son
directamente generadas por la inconsciencia de las acciones que se tienen. Es
sabido que, por ejemplo, el agua es el elemento vital para vivir y que no se
tiene conocimiento ni si quiera de cuánta agua es consumida en el mundo, mucho
menos de la que es gastada; o también que la globalización está en lo alto de
la pirámide mundial y de esta manera el capital mexicano se ve directamente
afectado por el consumismo innecesario; tampoco se toma en cuenta que
socialmente existe una gran desigualdad en todos los sentidos, aunque sabemos
que siempre existirán las clases sociales cada vez hay más pobres demasiado
pobres y más ricos demasiado ricos, o más maltrato infantil, delincuencia,
drogadicción, deserción escolar, etc.; ni qué decir de los planes y reformas
que se están modificando tan constantemente que no se puede observar el impacto
o los resultados que se obtienen con tantos cambios políticos generados a
partir del que nos representa como mexicanos. Otro aspecto es el olvido que se
tiene respecto a las costumbres y tradiciones de cada región, costumbres que se
van perdiendo y que en lugar de generar sentido de identidad pareciera que es
preferible parecerse a otras culturas, países de primer mundo que no llegan a
nuestro país con la intención de compartir sino de implantar su poderío.
Aunado
a esto, no se quedan atrás las problemáticas individuales de cada persona,
desde lo psicológico y emocional hasta el aspecto físico, seres humanos
inmersos en un mundo cambiante y que demanda eficacia y perfección, seres que
dejan de lado sus sentimientos y su identidad por cumplir en un trabajo, en una
escuela o en una sociedad exigente que no les aporta mucho productivamente.
Alumnos
Imaginemos un ser humano con todas estás (y más) problemáticas encima;
evidentemente es un ser que muy probablemente se encuentra perdido y afectado
por lo que ocurre en su medio ambiente. La labor de un maestro no se centra
solamente en sus alumnos sino en toda persona a la que pueda guiarle para
transformar su mente. Enseñar es aprender. Si desde la base de la docencia se
prepararan profesores educados ambientalmente estoy segura que los resultados
serían diferentes, serían fructíferos, no se quedaría en la espera de las
acciones, actuarían por sí mismos, no tendrían deseos de cambiar el mundo,
comenzarían el cambio en sí mismo, no andarían por la vida adaptándose a lo que
las circunstancias los llevan, harían cosas por mejorar y evitar consecuencias
negativas.
Considero
que todo comienzo proviene de un aula. Educar significa conducir fuera de,
y es ahí donde entra la labor de todo educador: educar fuera de los
condicionamientos sociales, educar para tener posibilidades de elección, educar
para mejorar, educar para transformar, educar para vivir bien. La inclusión de
esta asignatura apuesta mucho, resulta bastante ambicioso y sin embargo se
queda corto al lado de todo lo que se puede lograr si se les aporta una óptima
educación ambiental a las futuras docentes.
Crear
una consciencia ambiental es urgente, el mundo lo demanda a gritos y teniendo
consciencia de quién soy yo, de qué hago aquí, de cuál es mi función y mi
misión seguramente se obtendrán grandes resultados. Por ello debe darse una
importancia a esta asignatura en una licenciatura tan importante que prepara a
las personas que formarán a niños de entre 3 y 6 años, etapa esencial del ser
humano. ¿Por qué entonces se le resta importancia desde arriba?, ¿por qué el
plan de estudios lo maneja como optativa?, ¿tener una educación ambiental debe
ser opcional?
Observar
esta parte del plan de estudios me permite proponer para poder mejorar. En la
próxima reforma educativa habría que considerarse el tema del medio ambiente
para que así se anexe “la educación ambiental para la sustentabilidad” como una
asignatura base que se imparte desde el primer semestre y hasta el final de la
licenciatura. Hay que generar una consciencia de todas nuestras acciones,
investigar, leer, informarse, proporcionar a la ciudadanía espacios factibles
para obtener los conocimientos necesarios que le permitan reflexionar y decidir
sobre el contexto que le rodea. Así mismo, es importante que las docentes en formación
entiendan y se miren como parte del medio ambiente, analicen las problemáticas
más cercanas que les afectan o las acciones que se tienen a su alrededor para
así insertarlas en lo real y logren experimentar desde sí mismas el impacto que
generan las conductas que tenemos.
Si
bien ahora se ha considerado la educación ambiental en la licenciatura en
educación preescolar, poca es la importancia asignada. Ahora que tenemos la
asignatura en las aulas es nuestra labor como estudiantes darle el valor que se
merece y que requiere, desde el nombre que me da identidad como persona hasta
la repercusión de mis acciones con el mundo.
Estoy
segura que creando una identidad propia se pueden lograr grandes cosas. Quizá
no logre cambiar las ideas del mundo entero ni mucho menos las actitudes que
cada uno tiene con su medio ambiente, sin embargo el medio ambiente es de todos
y a mí, como estudiante de licenciatura en educación preescolar me corresponde
desde dentro para impactar hacia afuera. El medio ambiente está afectado, está
corrompido, está fragmentado, está olvidado… no esperemos a que deje de
existir.
Es
hoy cuando el compromiso conmigo misma y con el medio ambiente toma énfasis en
mi vida. Es ahora cuando las acciones van en función del medio ambiente que
deseo tener. Es desde este momento cuando la misión está fijada y con mucho
esfuerzo sé que lo puedo lograr. Ahora tengo a la mano modificar mis propias
ideas y comportamientos, sin embargo, con la inclusión de esta materia al plan
de estudios, en un futuro tendré la oportunidad de transformar mentes
preescolares y construir juntos una realidad ambiental mucho mejor.
Referencias
bibliográficas
Ramírez Beltrán, Rafael Tonatiuh (2000)
Educación Ambiental. Aproximaciones y reintegros, Ediciones Taller
Abierto, México.
Sauvé Lucie
y Orellana Isabel (2002). La
formación continua de profesores en educación ambiental: la propuesta de
Edamaz. Tópicos en Educación Ambiental 4 (10), 50-62.
Secretaría de Educación Pública (2012). Programa de Educación Preescolar. México: SEP.

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