El difícil arte de la Democracia

Jesús Caballero y Díaz

La democracia no se otorga, se construye.
Demos es el pueblo, kratos, el poder, en consecuencia gobierno del pueblo, el pueblo y para el pueblo, cuando no gobierna el pueblo: la demos, gobierna el poder, a veces el de una sola persona, otras veces: la aristocracia que es el poder de los mejores ¿quiénes son los mejores? Los que tienen el poder, los demás, “el, la demos” son los peores, sólo porque no tienen el poder.
Esa clase que tiene y quiere ese, su poder exclusivamente para atender a sus intereses, es la que gobierna: su presidente, sus poderes formales solo son los instrumentos, las máquinas para atender a su voluntad, a sus intereses y no para contrariarlos, ni disminuirlos, al contrario, para acrecentarlos. Esta es la ´”real politik”, estos son los poderes fácticos, este es el estado, este es el poder legal, este es el derecho del más fuerte, esto es la fuerza del derecho, se gobierna para favorecer los intereses de los menos, se gobierna a los demás, a “ la demos”, al pueblo para obedecer las leyes de la sumisión, el silencio: si los demás, el o ”la demos”, el pueblo callan, no protesta, obedecen sin chistar entonces son buenos gobernados, su premio es mas gobierno, mas compromiso de obediencia sin chistar.
Por más que buscamos al pueblo, solo encontramos a los demás, a los humillados, a los que no tiene voz, a quienes se les roba el voto, a quienes no se les reconoce como iguales a los de la clase en el poder; si se les advierte, hay palabras para denominarlos: son la clase baja, los del poder son los de “la alta”; son el vulgo y su conducta, su lenguaje, sus aspiraciones, sus valores son vulgares, por lo tanto despreciables, tanto como individuos , que como clientes, que como clases serviles. Y desde la edad media servil significaba como hasta hoy: ser vil. Y ser vil significa ser inferior a los que mandan, que no son otros que los nobles. El pueblo solo es noble como el toro de lidia, que es noble cuando obedece al capote, cuando permite el lucimiento del matador, entonces es un noble astado, incluso se merece el indulto y es regresado a sus pastos para hacer descendencia de obedientes. Así quiere la clase en el poder quiere a un pueblo gobernado, a un noble pueblo que como el mago de Aladino solo diga: “escucho y obedezco”.
La educación popular, en consecuencia no sirve si no educa al pueblo para eso, por eso estamos como estamos, en este estado, el pueblo como sujeto de soberanía política no existe, porque no tiene el poder.
Y nadie le regará el poder al pueblo, si este no muestra su fuerza, su capacidad moral, su fuerza de voluntad, su poder real, su autoridad, su autonomía, su personalidad.
Pero el pueblo es una masa amorfa de individuos dispersos en un enorme territorio, más que un pueblo, somos muchos pueblos aislados desconocidos unos para otros, muchas veces mal vistos entre sí, como si los hubieran hecho para ignorarse, para contrariarse , para no identificarse.
Un pueblo puede ser un conjunto de personas, personas que lo son si son personajes que tienen relaciones entre sí, si son protagonistas, si tienen voz y voto; la indiferencia, la marginación, el ninguneo, la soberbia, el abuso no hacen a un pueblo, muestran una sociedad en descomposición que actúa como las clase dirigentes quieren, y si es posible que sean sicarios contra ellos mismos.
No faltan voces en el mundo que consideran que ya somos demasiados, que buena poda que redujera una cuarta parte de la población mundial equilibraría la relación hombre-naturaleza hoy ya incapaz de sostener a esta demografía. En México se oyen voces; México es bonito, los feos son los mexicanos, Yo regresaré a México, cuando ya no haya mexicanos, si solo desaparecieran los mexicanos, México sería el paraíso: esto es, el pueblo mexicano, los mexicanos le estorbamos a los grupos en el poder.
Así se gobierna en México, Así se vive en México, por un lado la estructura formal, legal, constitucional define perfiles de individuos, personas, puestos públicos como sujetos de derechos y obligaciones y por otro establece las relaciones de estado y sociedad, de nación y gobierno, de poderes públicos y privados, individuales y de compromisos públicos,, a pesar de ello gobiernos , poderes y personas actuamos renunciando a estas definiciones políticas: las clases políticas electas legalmente en abierto desacato a los compromisos jurados, las clases poderosas obligando gobernantes a corromper el estado de derecho democrático, los clasemedieros, orgullosos de no reconocerse como pueblo, como vulgo, difícilmente votan, reconocen sus obligaciones fiscales, sus compromisos con los demás, si llegan al gobierno, a la administración pública, a las jerarquías académicas se vinculan moral y luego políticamente con los poderes reales, en fin: los millones de asalariado así como los marginados que se aglomeran en las ciudades huyendo del abandono rural más los millones de personas de los pueblos originarios ahogados en el olvido en el México con doscientos años de lucha por la independencia, no tenemos poder, no somos el pueblo, vivimos en la descomposición del estado, en el desconocimiento universal del estado de derecho democrático que nos reconocería como pueblo, por ello comprometido realmente con nosotros.
La verdadera democracia nace de la sociedad, debería vivirse en la familia, en la pareja, en la relación padres e hijos, en la calle, sin “bullying”, sin soberbias y sin humillaciones, democracia en el trato entre iguales y con ajenos, ajenos que dejan de serlo y no iguales que dejan serlo, democracia en el aula, en la escuela, en la institución de educación superior, democracia en los negocios, simplemente el trato entre iguales: iguales en derechos , en obligaciones, en apoyos mutuos , esta sería la base de una democracia política, con un pueblo que empuja a su gobierno a la defensa y consecución de sus intereses y que tendría la fuerza para tener siempre a los gobernantes que cumplieran y los hiciera cumplir.
Entonces y sólo entonces, los aprendizajes, la enseñanza, la educación escolar, es decir los niños, los maestros, las autoridades escolares vivirían la democracia escolar, el sistema educativo democrático para reforzar el sistema político y económico democrático: esto es el medio para hacer el México del siglo XXI.
Ni duda cabe: esto parece imposible, aquí los poderes formales, no parecen tener los talentos democráticos, ni las habilidades democratizadoras obligadas por su elección, aquí las administraciones públicas gobiernan para sus partidos y peor para su clase y de mal en peor para sí mismos. A veces parece que gobiernan para salvarse de la hecatombe mundial, economistas, sociólogos, filósofos europeos perciben un solo sentido de la máquina capitalista, la pintan como un autómata para capitalizar borrando fronteras legales internacionales, nacionales, sociales e individuales. No hay poder humano que impida el proceso, el grito es: “paren la máquina que me quiero bajar”. Europa ya es dos Europas, la del norte y la del sur, las del sur con pagos domiciliados para sostener a los bancos del norte, toda Europa como todo el mundo a sostener al Gólem del siglo XXI, al robot que destruye a la humanidad, a su naturaleza. Quienes se corrompen, roban y matan creyendo sólo en el aquí y el ahora como su tabla de salvación, en el pecado llevan la penitencia; increíble, calculan que el ostracismo les regalará un paraíso fiscal, una isla lejos del mundanal ruido, en esas andan no solo gobernantes, empresarios mexicanos, también otros.
La rebelión de las masas ya llegó, los poderes reales luchan en el mundo para detenerlos, fingir la democracia tiene un costo, el pueblo reclama sus derechos, lo hacen mostrando un músculo que espanta y paraliza a quienes no le sirven, ni pueden aplacarlos;los inconformes de la Europa del sur, los migrantes africanos que huyen del maltrato, los africanos que quedándose quieren salvarse, los pobres del medio oriente que ya no quieren ser siniestrados, los maestros mexicanos que quieren reconocimiento y no ninguneo, al principio parecerán solo basura del sistema, luego la suma de toda ella, la convertirá en la potencia que desbordará el imperio, en México nada puede contener la llave abierta, lo de hoy es producto del pasado, los resortes de la máquina del estado actual de las cosas, dejaron de tener la fuerza para regresarlas a su orden, lo que se avecina requerirá enormes dosis de una medicina que no existe en nuestro país, que es la buena voluntad, con la malquerencia no se va a ningún lado, mejor no predecir, o de otra manera: empecemos por la casa del herrero, en nuestro micro mundo, deberemos reconocernos como partes inteligentes e interesadas de un rompecabezas, de un “puzzle” para encontrar al resto de nuestra configuración, la democracia no es un don, hacerla es una posibilidad, mejor, imposible.
Salvar al planeta solo es posible salvándonos a nosotros mismos, aceptemos el hallazgo de Ortega y Gasset: Soy yo y mi circunstancia para salvar a mi circunstancia debo salvarme a mí mismo. Xss.
Con mis mejores deseos
Portales a 28 de agosto de 2013

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