Presentación (Num. 195, ene-mar., 2014)

En esta primera edición del 2014 queremos hacer un Homenaje Gráfico al pintor noruego Edward Munch por su 70º. Aniversario luctuoso, acaecido el 23 de enero de 1944.

Los artículos centrales de esta edición son textos que abordan temas alrededor de la educación ciudadana. De este modo, abrimos el número con el excelente texto “El largo y sinuosos camino de la educación ciudadana” de Alfredo Villegas Ortega. Continuamos con otra reflexión sobre el arte de la democracia a cargo de  Jesús Caballero y Díaz y con una descripción de los mitos y caminos de la responsabilidad social en México realizada por José de Jesús González Almaguer. Cerramos la sección con los artículos de Francisco Hernández Avilés donde explica la relación entre estudiantes ciudadanos en una institución absolutista y de Víctor Manuel Toledo que aborda el tema de Ecología y política.

Mas adelante, Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán nos explica el contenido del libro Construcción del campo de la educación ambiental realizado por Miguel Ángel Arias Ortega, y Edna Marcela Barrios Gómez expone sobre las competencias básicas.


Completamos esta edición con el relato de Fidel Silva Flores  “La cara de niña".

Experiencias pedagógicas del largo y sinuoso camino de la educación ciudadana

Alfredo Villegas Ortega

No hay convivencia, ni orden, ni participación, si no se reflexionan los alcances de nuestros actos y la responsabilidad que conllevan. Toda educación cívica o ciudadana, debiera ser, siempre, profundamente ética.
Fui maestro de educación cívica algunos años en secundarias. Soy maestro de ética en la Normal Superior de México. Acompaño, en esta misma institución, en la que por cierto también estudié, a los alumnos en los dos últimos semestres de su formación como maestros de Formación Cívica y Ética. Participé en la implementación e interpretación de los programas a la realidad escolar de la nueva asignatura en 1999. En ese mismo año representé a México, en la Universidad de Pepperdine, en los Estados Unidos, en un curso taller en el que se ventilaron los horizontes y posibilidades de la educación cívica en el, entonces, umbral del siglo XX. Se puede decir que he recorrido algunas veredas de la educación cívica. Creo firmemente en ésta como promotora de una nueva cultura ciudadana que nos coloque en otra posición muy distinta a la que lamentablemente tenemos actualmente como país. No obstante, cada vez me convenzo más de la insuficiencia de la labor educativa, por sí sola, si de cambiar el curso del país se trata.

La verdadera democracia debe expresarse en la mejora de las condiciones de vida de sus integrantes

Para arribar a una cultura ciudadana se requiere vivir en un mundo realmente democrático. ¿El huevo o la gallina? ¿Qué va primero? En este caso es difícil decirlo. ¿Cómo formar ciudadanos en un país donde la democracia es el no lugar? ¿Qué tipo de fortalezas habría que darles a los jóvenes para que no se desencanten y choquen de frente contra una realidad cerrada, injusta, facciosa? ¿Cómo transitar de esa educación cívica, promotora del discurso, la negociación, el diálogo, la propuesta y la participación, al mundo de la política real donde la democracia ha sido usurpada por grupos que pactan, transan, imponen, cancelan las vías del diálogo y dictaminan el mundo que a ellos les conviene?
¿Formar ciudadanos para arribar a la democracia deseada o instauración de la democracia para el cabal desempeño ciudadano? ¿La lucha se da en las aulas o en las plazas? ¿En las urnas o en las clases? En ambas. A la par. Así, mientras la tarea educativa se lleva a cabo, se requiere fortalecer la deteriorada democracia, todos los días en la prensa, en la calle, en los comités de lucha, en los sindicatos, en la familia.

La democracia es un proceso largo y perfectible al que queremos arribar.

Dadas las características y perfil de esta revista, pensemos un poco en la construcción de una educación ciudadana en las escuelas. Lo primero que tendríamos que pensar es si las escuelas, su misión, su visión, sus personajes, sus reglamentos, disposiciones y cultura que la hacen ser lo que es: escuela, son idóneas; es decir, si favorecen o inhiben la participación democrática, la formación ciudadana. La primera respuesta que viene a mi mente es: no. El escenario, pues, es complicado. ¿Cómo hacerle para que las buenas intenciones de ciertos maestros no se pierdan en ese laberinto, a veces, más castrante que edificante? ¿Cómo rescatar los buenos contenidos programáticos —que sí los hay— para promover esa nueva cultura ciudadana que requerimos como oxígeno para no morir de inacción, de pasividad, de abulia? La tarea no es fácil, pero, justo por ello, es fascinante y una obligación emprenderla.
No quisiera hacer una repetición de lo que he dicho en otros escritos y foros, por lo que seré, en esta ocasión, lo más esquemático posible.
Las claves de una buena educación cívica:
  • Imbuye la idea de que un mundo más libre sólo es posible en una sociedad más justa.
  • No debe regirse por dogmas de ningún tipo.
  • Es profundamente ética. Cívica y ética.
  • Entiende que cada individuo es diferente, aunque capaz de integrarse al cuerpo social, a través del diálogo y el respeto, sin renunciar a su dignidad.
  • Toda realidad puede cambiarse.
  • La verdadera autoridad emana del diálogo horizontal.
  • Debe ser promotora de los derechos humanos.
  • Promueve la crítica como fuente del crecimiento intelectual y la salud social.
  • No se limita a un solo espacio curricular.
  • Debe ser parte de la cultura institucional.
  • Ve a los estudiantes como ciudadanos en ciernes y no como reclutas obligados.
  • Acuerda las principales acciones de manera conjunta.
  • Genera inquietudes.
  • Hace del espacio escolar un microcosmos de la realidad social deseada, promoviendo el debate, el acuerdo, los argumentos, la razón.
  • Impulsa la concordia, el respeto, la tolerancia.
  • Enseña a defender los derechos y a respetar la dignidad de las personas.
  • Lucha contra los prejuicios.
  • Libera, emancipa.
  • Enseña a respetar las diferentes formas de pensar, sentir y vivir.
  • Enseña la importancia de la solidaridad.
  • Promueve la paz…
La lista es tan larga como se quiera. Los ítems tan vastos y profundos como se precise. No es la idea ahora. Por otra parte, de la misma manera esquemática, muestro las trabas y resistencias que inhiben el escenario anteriormente señalado.

Los obstáculos de una educación ciudadana:

  • Escuelas autoritarias o sin autoridad.
  • Autoridades por dictamen.
  • Conversión de la escuela en claustro, prisión o recreo permanente.
  • Maestros sin alma y sin vocación.
  • Desconocimiento de los propósitos de la Formación Cívica y Ética.
  • Clases dictatoriales (en todos los sentidos)
  • Ausencia de una autoridad ganada y respetada.
  • Subordinación de lo académico a lo administrativo ; de lo ético a lo disciplinario; y de lo formativo a lo informativo.
  • Sustitución del individuo pensante y sensible por el alumno dócil y acrítico.
  • Aislamiento de la formación ciudadana a un espacio curricular, divorciado de los demás y sin apoyo de éstos….
El camino como dice aquella clásica canción, es largo y sinuoso. Las batallas para transformar nuestra nación en un país democrático se dan en muchas trincheras, como maestros, hagamos lo que nos corresponde, educando, en el sentido amplio de la palabra dejando de lado las tentaciones del orden militar así como su contraparte: la negligencia pues generan espacios escolares en los que es difícil encontrar el sentido de la educación.
Espero, en otra ocasión, desarrollar esta mínima muestra, pues en cada una de los enunciados hay un terreno amplio para disertar.

El difícil arte de la Democracia

Jesús Caballero y Díaz

La democracia no se otorga, se construye.
Demos es el pueblo, kratos, el poder, en consecuencia gobierno del pueblo, el pueblo y para el pueblo, cuando no gobierna el pueblo: la demos, gobierna el poder, a veces el de una sola persona, otras veces: la aristocracia que es el poder de los mejores ¿quiénes son los mejores? Los que tienen el poder, los demás, “el, la demos” son los peores, sólo porque no tienen el poder.
Esa clase que tiene y quiere ese, su poder exclusivamente para atender a sus intereses, es la que gobierna: su presidente, sus poderes formales solo son los instrumentos, las máquinas para atender a su voluntad, a sus intereses y no para contrariarlos, ni disminuirlos, al contrario, para acrecentarlos. Esta es la ´”real politik”, estos son los poderes fácticos, este es el estado, este es el poder legal, este es el derecho del más fuerte, esto es la fuerza del derecho, se gobierna para favorecer los intereses de los menos, se gobierna a los demás, a “ la demos”, al pueblo para obedecer las leyes de la sumisión, el silencio: si los demás, el o ”la demos”, el pueblo callan, no protesta, obedecen sin chistar entonces son buenos gobernados, su premio es mas gobierno, mas compromiso de obediencia sin chistar.
Por más que buscamos al pueblo, solo encontramos a los demás, a los humillados, a los que no tiene voz, a quienes se les roba el voto, a quienes no se les reconoce como iguales a los de la clase en el poder; si se les advierte, hay palabras para denominarlos: son la clase baja, los del poder son los de “la alta”; son el vulgo y su conducta, su lenguaje, sus aspiraciones, sus valores son vulgares, por lo tanto despreciables, tanto como individuos , que como clientes, que como clases serviles. Y desde la edad media servil significaba como hasta hoy: ser vil. Y ser vil significa ser inferior a los que mandan, que no son otros que los nobles. El pueblo solo es noble como el toro de lidia, que es noble cuando obedece al capote, cuando permite el lucimiento del matador, entonces es un noble astado, incluso se merece el indulto y es regresado a sus pastos para hacer descendencia de obedientes. Así quiere la clase en el poder quiere a un pueblo gobernado, a un noble pueblo que como el mago de Aladino solo diga: “escucho y obedezco”.
La educación popular, en consecuencia no sirve si no educa al pueblo para eso, por eso estamos como estamos, en este estado, el pueblo como sujeto de soberanía política no existe, porque no tiene el poder.
Y nadie le regará el poder al pueblo, si este no muestra su fuerza, su capacidad moral, su fuerza de voluntad, su poder real, su autoridad, su autonomía, su personalidad.
Pero el pueblo es una masa amorfa de individuos dispersos en un enorme territorio, más que un pueblo, somos muchos pueblos aislados desconocidos unos para otros, muchas veces mal vistos entre sí, como si los hubieran hecho para ignorarse, para contrariarse , para no identificarse.
Un pueblo puede ser un conjunto de personas, personas que lo son si son personajes que tienen relaciones entre sí, si son protagonistas, si tienen voz y voto; la indiferencia, la marginación, el ninguneo, la soberbia, el abuso no hacen a un pueblo, muestran una sociedad en descomposición que actúa como las clase dirigentes quieren, y si es posible que sean sicarios contra ellos mismos.
No faltan voces en el mundo que consideran que ya somos demasiados, que buena poda que redujera una cuarta parte de la población mundial equilibraría la relación hombre-naturaleza hoy ya incapaz de sostener a esta demografía. En México se oyen voces; México es bonito, los feos son los mexicanos, Yo regresaré a México, cuando ya no haya mexicanos, si solo desaparecieran los mexicanos, México sería el paraíso: esto es, el pueblo mexicano, los mexicanos le estorbamos a los grupos en el poder.
Así se gobierna en México, Así se vive en México, por un lado la estructura formal, legal, constitucional define perfiles de individuos, personas, puestos públicos como sujetos de derechos y obligaciones y por otro establece las relaciones de estado y sociedad, de nación y gobierno, de poderes públicos y privados, individuales y de compromisos públicos,, a pesar de ello gobiernos , poderes y personas actuamos renunciando a estas definiciones políticas: las clases políticas electas legalmente en abierto desacato a los compromisos jurados, las clases poderosas obligando gobernantes a corromper el estado de derecho democrático, los clasemedieros, orgullosos de no reconocerse como pueblo, como vulgo, difícilmente votan, reconocen sus obligaciones fiscales, sus compromisos con los demás, si llegan al gobierno, a la administración pública, a las jerarquías académicas se vinculan moral y luego políticamente con los poderes reales, en fin: los millones de asalariado así como los marginados que se aglomeran en las ciudades huyendo del abandono rural más los millones de personas de los pueblos originarios ahogados en el olvido en el México con doscientos años de lucha por la independencia, no tenemos poder, no somos el pueblo, vivimos en la descomposición del estado, en el desconocimiento universal del estado de derecho democrático que nos reconocería como pueblo, por ello comprometido realmente con nosotros.
La verdadera democracia nace de la sociedad, debería vivirse en la familia, en la pareja, en la relación padres e hijos, en la calle, sin “bullying”, sin soberbias y sin humillaciones, democracia en el trato entre iguales y con ajenos, ajenos que dejan de serlo y no iguales que dejan serlo, democracia en el aula, en la escuela, en la institución de educación superior, democracia en los negocios, simplemente el trato entre iguales: iguales en derechos , en obligaciones, en apoyos mutuos , esta sería la base de una democracia política, con un pueblo que empuja a su gobierno a la defensa y consecución de sus intereses y que tendría la fuerza para tener siempre a los gobernantes que cumplieran y los hiciera cumplir.
Entonces y sólo entonces, los aprendizajes, la enseñanza, la educación escolar, es decir los niños, los maestros, las autoridades escolares vivirían la democracia escolar, el sistema educativo democrático para reforzar el sistema político y económico democrático: esto es el medio para hacer el México del siglo XXI.
Ni duda cabe: esto parece imposible, aquí los poderes formales, no parecen tener los talentos democráticos, ni las habilidades democratizadoras obligadas por su elección, aquí las administraciones públicas gobiernan para sus partidos y peor para su clase y de mal en peor para sí mismos. A veces parece que gobiernan para salvarse de la hecatombe mundial, economistas, sociólogos, filósofos europeos perciben un solo sentido de la máquina capitalista, la pintan como un autómata para capitalizar borrando fronteras legales internacionales, nacionales, sociales e individuales. No hay poder humano que impida el proceso, el grito es: “paren la máquina que me quiero bajar”. Europa ya es dos Europas, la del norte y la del sur, las del sur con pagos domiciliados para sostener a los bancos del norte, toda Europa como todo el mundo a sostener al Gólem del siglo XXI, al robot que destruye a la humanidad, a su naturaleza. Quienes se corrompen, roban y matan creyendo sólo en el aquí y el ahora como su tabla de salvación, en el pecado llevan la penitencia; increíble, calculan que el ostracismo les regalará un paraíso fiscal, una isla lejos del mundanal ruido, en esas andan no solo gobernantes, empresarios mexicanos, también otros.
La rebelión de las masas ya llegó, los poderes reales luchan en el mundo para detenerlos, fingir la democracia tiene un costo, el pueblo reclama sus derechos, lo hacen mostrando un músculo que espanta y paraliza a quienes no le sirven, ni pueden aplacarlos;los inconformes de la Europa del sur, los migrantes africanos que huyen del maltrato, los africanos que quedándose quieren salvarse, los pobres del medio oriente que ya no quieren ser siniestrados, los maestros mexicanos que quieren reconocimiento y no ninguneo, al principio parecerán solo basura del sistema, luego la suma de toda ella, la convertirá en la potencia que desbordará el imperio, en México nada puede contener la llave abierta, lo de hoy es producto del pasado, los resortes de la máquina del estado actual de las cosas, dejaron de tener la fuerza para regresarlas a su orden, lo que se avecina requerirá enormes dosis de una medicina que no existe en nuestro país, que es la buena voluntad, con la malquerencia no se va a ningún lado, mejor no predecir, o de otra manera: empecemos por la casa del herrero, en nuestro micro mundo, deberemos reconocernos como partes inteligentes e interesadas de un rompecabezas, de un “puzzle” para encontrar al resto de nuestra configuración, la democracia no es un don, hacerla es una posibilidad, mejor, imposible.
Salvar al planeta solo es posible salvándonos a nosotros mismos, aceptemos el hallazgo de Ortega y Gasset: Soy yo y mi circunstancia para salvar a mi circunstancia debo salvarme a mí mismo. Xss.
Con mis mejores deseos
Portales a 28 de agosto de 2013

Mitos y caminos de la Responsabilidad social en México

José de Jesús González Almaguer

La Responsabilidad Social en México es un tema que provoca polémica en nuestro país. Hay razones históricas para ello. El uso del poder público para beneficio privado ha estado presente desde hace muchos años en el espacio político mexicano. En el ámbito privado, la coexistencia de empresas pobres y empresarios ricos también ha sido constante desde hace muchos años.
Quizás por esta condición histórica, se han creado mitos irrealizables, o al menos difíciles de comprobar en nuestro imaginario social. Paradójicamente vemos a la Responsabilidad Social con recelo y desconfianza, al mismo tiempo que depositamos ilusiones y esperanzas.
Sin pretender agotar el tema, ofrezco un listado de esos mitos y de los caminos viables para la Responsabilidad Social con la intención de que sirva de hoja de ruta para los interesados en este tema que cada día goza de mayor popularidad.
Diez mitos sobre la Responsabilidad Social (RS) en México. (González Almaguer, 2012)
1. La RS es la solución a la pobreza e inequidad en nuestro país.
2. La RS es un mecanismo de evasión o deducción fiscal para las grandes empresas.
3. Es lavado de dinero por parte de grandes delincuentes de todo tipo.
4. Es una moda.
5. La RS no existe, sólo hay remordimientos por parte de los empresarios, quienes buscan acallar la voz de su conciencia.
6. La RS es para empresas muy grandes y muy fuertes económicamente.
7. La RS es buena voluntad y nada más.
8. La RS es paternalista y no fomenta la madurez de la sociedad civil, la hace dependiente.
9. La RS sólo es usada para establecer diferencia en el mercado, ante usuarios y consumidores, como estrategia de ventaja competitiva.
10. La RS solo es mercadotecnia social.

Diez caminos para la RS en México.

1. La solución a la pobreza e inequidad en nuestro país, tendría que venir de un cambio en el modelo de desarrollo, de generación y distribución de la riqueza. La RS puede ayudar a crear mayor valor y compartirlo socialmente, pero no es la panacea.
2. Ninguna gran empresa de nuestro país tiene como base de su estrategia fiscal la donación al tercer sector. Prácticamente todas las grandes empresas en nuestro país tienen como objetivo de su estrategia fiscal el pago de Cero Impuestos y lo hacen dentro del sistema legal. La evasión fiscal es un delito y debería ser perseguido con mucho mayor rigor. Practicantes de la responsabilidad social pueden ser vigilantes de la administración de recursos fiscales tanto de las grandes firmas como de los gobiernos.
3. No tiene sentido lavar dinero con RS. Los delincuentes que lo hacen tiene muchas otras estrategias para hacerlo. Sin embargo, hay dos prácticas, asociadas a la RS, que son sumamente dañinas para la sociedad: a) una es el llamado Greenwashing: dedicar grandes presupuestos de mercadotecnia o publicidad a acciones “ecológicas” de bajo costo, a fin de lavar la imagen o de crear una reputación de sustentabilidad para grandes firmas. b) La costumbre de algunos grandes narcotraficantes (y delincuentes de todo tipo) de destinar grandes cantidades de dinero para obsequiar o beneficiar a las comunidades donde radican, con lo que dañan (y a veces destruyen) el tejido social más profundo del país.
4. En efecto es una moda, por el momento, pero también es un estilo de gestión que va a permanecer en el mundo de negocios. La RS va a crecer en el futuro inmediato en México.
5. Hay muchas acciones de las empresas y los gobiernos que impactan a la sociedad, pero hay diferencias entre ellas: altruismo, filantropía empresarial, mercadotecnia con causa, mercadotecnia social, asistencialismo, clientelismo, voluntariado, acción social, participación ciudadana. Si no distinguimos entre cada una de ellas, entonces tampoco distinguimos el peso específico de los actores sociales y no podremos evaluar su actuar.
6. La RS es para empresas y ciudadanos sin distinción y es una contraparte de los derechos que tienen.
7. La RS va más allá de lo que marca la ley; en efecto, es algo voluntario. La RS es un horizonte en el que ansiamos colocar nuestros pies y caminamos hacia allá. Nunca alcanzaremos el horizonte, pero nos mantendremos en marcha constante.
8. La RS es un espacio que debe ser ocupado por la sociedad civil. Es la zona donde es posible desarrollarse y madurar. Más RS es ganar mayor independencia del sector gobierno y construir sistemas de comando y control de la sociedad civil para vigilar a los gobiernos.
9. La RS también ha mostrado un camino para crea valor social compartido. Si bien está en desarrollo esta opción, ha demostrado ser viable. No solo puede hacer diferencia en el mercado ante el consumidor. Dentro del modelo económico capitalista, es capaz de generar nuevos mercados y desarrollarlos por completo.
10. La RS es colocar en el centro del modelo a la empresa y exigir que abandone el papel de crear riqueza y dañar al planeta. La RS es un modelo de actuación que busca un delicado equilibrio, así que siempre habrá algún elemento que esté en el aire, como lo hacen los malabaristas del circo.
Sin duda, hay muchos otros mitos por revisar. Por fortuna, también hay muchos más caminos por explorar.

Trabajos citados

  • González Almaguer, J. d. (2012). Reputación Corporativa y Responsabilidad Social, nuevas formas de gestión. En ,. C. Gutiérrez Vidal, XIX Anuario de investigación de la Comunicación. CONEICC. (págs. 203-213). México: Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación.

Alumnos ciudadanos y absolutismo institucional

Francisco Hernández Avilés


La escuela vive en la ilegalidad porque es incapaz de crear sus propias normas
Francesco Tonucci

Cuando un alumno levanta la mano y dice en voz alta: “no estoy de acuerdo” y el maestro está dispuesto a escuchar la argumentación del alumno y en su caso aceptar la posibilidad de que el niño tenga razón, en ese momento, la escuela se convierte en generadora de conciencia ciudadana. Con esa actitud de tolerancia y respeto, el profesor lleva a la práctica real lo que significan diversos conceptos de la Declaración de los Derechos del Hombre y que conforman la base de nuestra idea de ciudadanía. La escuela se asume entonces como la primera estructura social en nuestra preparación cívica. Recordemos algunos de estos derechos:
Art. I. “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos…” El maestro, el alumno, el directivo, el padre de familia son iguales en la comunidad educativa. Sus responsabilidades son diversas, pero en esencia, son seres humanos iguales.
Art III“El principio de toda soberanía reside esencialmente en la Nación. Ningún cuerpo, ningún individuo, pueden ejercer una autoridad que no emane expresamente de ella”. El ejercicio de la autoridad escolar debe ser generado por el interés común de la comunidad educativa. El maestro, el alumno, el directivo y el padre de familia confluyen en un objetivo general que es la educación escolar (recordemos que la palabra república significa “el objeto de todos”). La autoridad verdadera no reside en el poder adjudicado en la estructura escolar, sino en el crédito legítimamente obtenido por la actuación en valores éticos y en el respeto a la ley creada por la misma comunidad.
Art. XI. “La libre comunicación de pensamiento es uno de los derechos más preciosos del hombre, todo ciudadano puede hablar, escribir e imprimir libremente…” La libertad de expresión en la escuela enriquece la pluralidad de las ideas en la búsqueda del aprendizaje real y de la conciencia de la convivencia cívica. Los maestros y alumnos ciudadanizados escuchan y generan diversas opiniones en un marco de respeto y tolerancia.
Art. XV. La sociedad tiene derecho a pedir cuentas de su gestión a todo agente público. Si alguno de los integrantes de la comunidad escolar falla en sus responsabilidades, es posible y necesario expresarlo para rectificar la situación, sin temor a represalias.
Comunicar y establecer estos derechos en nuestra escuela implica transformar la estructura tradicional con la que muchas generaciones hemos crecido. El heredado “chip” del autoritarismo está en nuestra manera de entender las relaciones sociales en la familia, la escuela y en la sociedad en general. Por esta razón, nuestro ejercicio ciudadano se remite, en el mejor de los casos, a acudir a votar cada seis años. El resultado de esto se traduce en apatía social, manipulación mediática e irresponsabilidad cívica.
La escuela debiera constituirse en un espacio de prácticas cívicas reales para que el alumno pueda crecer cada día como ciudadano. La ciudadanía, como otras habilidades, se tiene que desarrollar en situaciones verdaderas, en donde la comunidad sea un espacio de confianza en donde el respeto, la responsabilidad y la justicia sean procurados por todos los participantes, no solamente por el profesor o los directivos. Para lograr esto es imprescindible transformar la estructura autoritaria con la que crecimos varias generaciones. Frente al concepto de ciudadanía, en muchas escuelas prevalece la idea de la autoridad absoluta. Los Derechos del Hombre se opusieron en el siglo XVIII al concepto de poder absoluto. Recordemos la frase atribuida a Luis XIV, el Rey Sol: “… Dios me ha conferido la suficiente sabiduría para gobernar, no necesito primer ministro ni preferida, el Estado soy yo”. En esa sociedad era impensable y prohibido decir que el monarca se equivocaba. Las opiniones opuestas a la “voz divina” del monarca resultaban no solo ilegales, sino inmorales. Ese autoritarismo permeó hacia la organización familiar y continúa en nuestras estructuras educativas. Muchos de nosotros hemos tenido profesores al estilo del Rey Sol. Sin embargo el maestro que se asuma como Luis XIV: “la Clase soy yo”, tiende a la extinción, porque así como los ciudadanos franceses se levantaron contra esta manera de entender el Estado, las estructuras educativas se seguirán transformando, de acuerdo con la paulatina ciudadanización de nuestra sociedad.
Hoy en día se ha vuelto ilegal violentar física o emocionalmente a los alumnos, exhibirlo a causa de su posición social, económica, religiosa o de género, que ahora es causa de denuncias ante diversos organismos de derechos humanos. Afortunadamente, este avance reparte, de manera horizontal, obligaciones y derechos entre todas las personas que conviven en un mismo espacio escolar. En este esquema, todos (alumnos, maestros, padres de familia y directivos), no solamente el profesor, son responsables de la disciplina, de crear un “ambiente ciudadano”, y de hacer valer la norma generada a principio de año entre todos. Incluso los niños pequeños tienen prácticas ciudadanas y participan en la escritura y firma de ese contrato social. Así comienzan a generar sus responsabilidades y compromisos con sus compañeros y profesores.
Es preciso comentar un artículo más de la Declaración de los Derechos del Hombre vinculado a la creación del reglamento escolar:
Art. VI. “La ley es la expresión de la voluntad general. Todos los ciudadanos tienen derecho a contribuir a su elaboración, personalmente o por medio de sus representantes. Debe ser la misma para todos, ya sea que proteja o que sancione…” Todos los alumnos ciudadanos tienen derecho a la elaboración de la ley. ¿A partir de qué edad los niños pueden aportar sus ideas para crear las normas de su escuela? ¿Sus argumentos son válidos? ¿Somos capaces los profesores de aceptar que la propuesta de un niño funciona mejor que aquella que propusimos los adultos?
El reto es fomentar en la escuela la más importante de las competencias: la ciudadana. La convivencia cívica basada en el diálogo, la tolerancia y la pluralidad no se aprende en los libros memorizando reglamentos, se vive en la cotidianidad. Se practica en una relación de igualdad, aceptando la idea de que un contrario puede ser honesto e inteligente. Ahí empieza la conciencia ciudadana.

Ecología y política: cómo salir de la crisis

Víctor Manuel Toledo

Si estamos inmersos en una crisis de civilización, tesis formulada hace dos décadas hoy casi unánimemente aceptada, las vías para superarla no pueden venir sino de posiciones críticas inéditas, construidas desde nuevas epistemologías, y que conllevan una praxis política totalmente diferente a la asumida por los movimientos de vanguardia, incluyendo los más avanzados. Hasta donde alcanzo a mirar, la única corriente que logra realizar una crítica completa a la civilización moderna es aquella que, sin proponérselo, se finca en lo que podemos denominar una ecología política_. Esta parte de un principio formulado en la década de los setentas por G. Skirbekk (Ecologie et marxisme, _L’Espirit,1974): la transformaciones sociales ya no pueden explicarse a partir de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, sino entre esas y las fuerzas de la naturaleza.
Cuarenta años después, la humanidad se enfrenta a una crisis multidimensional de entre las cuales la crisis ecológica, representada por el calentamiento global y su conjunto de secuelas climáticas, es sin duda la más amenazante y peligrosa y, por tanto, la que requeriría de la mayor atención. Esta amenaza, que pone en entredicho todo el andamiaje de la civilización industrial, requiere repensar los principales postulados y valores del mundo actual, pero centralmente cuatro, para:
1) saber coexistir con la naturaleza y sus procesos en todas las escalas;
2) vivir sin petróleo y los otros combustibles fósiles (que son la causa principal del desbalance climático);
3) construir el poder social como contrapeso al poder político y al poder económico (lo cual supone entre otras cosas decir adiós a los partidos políticos, a los bancos y a las gigantescas corporaciones) y, en íntima aleación con lo anterior,
4) salir del capitalismo. 
Estos cuatro objetivos se hallan ineludiblemente conectados y están recíprocamente condicionados.

La percepción inmediata, lo que la piel de un individuo registra cuando hablamos de capitalismo, es aquella representación de una maquinaria gigantesca, global, inconmensurable, imposible de detener y todopoderosa, que lo tritura y lo arrasa todo. Y sin embargo, su presencia en el mundo globalizado de hoy no es ni total ni absoluto. Por el contrario, existen fisuras, islas, burbujas, tendencias a contracorriente que no sólo existen, sino que crecen sigilosamente por todo el mundo al ritmo en que la crisis de civilización se hace más presente. Boaventura de Sousa Santos le ha llamado la _globalización contrahegemónica_. Esto tiende a ser ocultado por los medios de comunicación de masas (televisión, prensa, radio), porque conlleva un muy alto valor subversivo. Salir del capitalismo es un imperativo para la supervivencia de la humanidad, de la vida y del planeta.
Construir el poder social supone organizar en la vida cotidiana la emancipación civilizatoria. Casi cada institución procreada bajo la lógica del capital puede hoy ser confrontada por instituciones alternativas, las cuales requieren de una sencilla fórmula secreta: resistencia y organización social en plena solidaridad y alianza con la naturaleza. Frente a las empresas y corporaciones existen las cooperativas donde no hay patrones, sólo socios. Frente a los bancos (basados en la usura) aparecen las cajas de ahorro y los bancos ciudadanos. Frente a la producción agroindustrial de gran escala la pequeña producción familiar o comunitaria fincada en la agroecología. Frente a la circulación desbocada de las mercancías las redes de intercambio directo y en corto entre productores y consumidores, y la autosuficiencia local, municipal, regional. Frente a los megaproyectos los diseños de pequeña escala. Frente a la especulación financiera, la creación de monedas alternativas y el trueque. En fin, frente a una racionalidad basada en el individualismo, la competencia y la acumulación de riqueza material, una ética fundada en la solidaridad, la reciprocidad, el bien colectivo y la supervivencia de la especie.
Pero hay algo más. Debemos al pensador franco-austriaco André Gorz una reflexión iluminadora, que confirma que esos procesos emancipadores se ven facilitados por la propia crisis del capital. En su artículo, el último de su vida, La salida del capitalismo ya comenzó ( Revue de Ecologie Politique, 28/10/08) establece que el asunto no es si estamos frente al fin del capitalismo, sino si su salida será por una vía bárbara o civilizada. Tres tesis fundamentan su idea. El capitalismo no sobrevive por la crisis ecológica y porque para su reproducción requiere ya de una economía ficticia, la especulación financiera, que es la mercantilización de lo que viene… pero que no existe. La tercera afirma que la innovación tecnológica (informática, telecomunicaciones, geomática, etcétera) abre las puertas a procesos de producción, circulación y consumo no controlables, que atentan contra el monopolio, la propiedad privada y las patentes. La autoproducción induce circuitos y canales ciudadanos o sociales, autonomía, autosuficiencia y autogestión.
Si usted puede producir en su casa o en su taller un disco, una película, un instrumento, un servicio o un producto e insertarlo en el mercado; generar sus propios alimentos, su agua y su energía, o bien organizar con otras familias o socios una red, una cooperativa o una pequeña empresa; si su familia puede sobrevivir sin dinero, sin usar los bancos, sin creer en los partidos políticos, y además tiene conciencia social y ambiental, ¡enhorabuena!, usted es un militante de lo contrahegemónico, llámese sustentabilidad, descrecimiento, buen vivir o eco-socialismo. Usted está contribuyendo a salir de la crisis. Y como usted hay millones haciendo lo mismo, y millones que buscan hacerlo. Eso lo veremos en una próxima entrega.
Publicado en LA JORNADA, mayo 28,

La construcción del campo de la educación ambiental o un modelo para armar

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán

Texto leído en la presentación del libro el 19 de septiembre del 2013, la Unidad 095 de la Universidad Pedagógica Nacional.

Agradezco como siempre que el Dr. Miguel Ángel Arias Ortega, haya tenido la deferencia de invitarme a la presentación de éste que es su mejor libro, hasta ahora producido, titulado La Construcción del campo de la educación Ambiental: análisis, biografías y futuros posibles.

Tengo que decir dos cosas antes de empezar propiamente el análisis del texto en cuestión. La primera es que había preparado una presentación, prácticamente desde que me invitó previendo tiempos y acciones de este año, de verdad muy saturado. Pero confieso que se la comieron entre mi máquina y las múltiples memorias digitales y portables que tengo. Sucede que mi disco duro (quiero decir el de la computadora) comenzó a colapsar avisándome que estaba lleno y que hiciera algo: Me quede pasmado: ¿qué habría qué hacer?: ¿provocarle vómito? ¿Darle un laxante? o ¿aplicarle una lavativa informática? Ninguno de los remedios sabía cómo aplicarlo. Sin embargo, a pesar de mi impericia sanadora de las almas y de las memorias tecnológicas, se debe agradecer a las maquinas modernas en general ese detalle: son buenas maquinas (no puedo decir buenas bestias o gentes) dan alarmas con ruiditos, foquitos, letreritos, leyendas, recuadritos, etc. Luego que uno no hace caso colapsan inevitablemente. Las maquinas no se componen como los catarros, con el tiempo y el reposo.

Tarde inicie el remedio, prescrito por un compañero de cubículo: pasar los archivos a las casi veinte memorias USB que tengo en colección y a medio llenar. En esa mudanza cibernética quedó levantada para siempre (perdón pero el lenguaje de la realidad nacional pero siempre cala) la presentación de este libro de la cual solo recuerdo con vaguedad el título, se llamaba: La educación ambiental o lo mejor que se puede hacer en el mundo y por él con la ropa puesta. Que el señor Gates y los ladrones de información tengan en santa gloria este archivo, que me canse y desesperé en buscar.

La segunda cosa es que el libro me gustó mucho y es muy utilidad teórico-práctica en el campo de la educación ambiental. Ya tengo edad y criterio para solo presentar los libros que me gustan. Si no me gusta me hago a un lado; ya no me presto a hablar mal de la obra ajena y bajo ninguna circunstancia y menos en la presentación en sociedad de la misma. Lo anterior lo digo en el sentido de no sé porque, pero se sigue estilando que en la vida académica, en general, las divisiones entre técnicos y rudos, que ya ni en la lucha libre existen. La personificación del bien y el mal siempre debe estar presente en la vida escolar. En los exámenes profesionales, por ejemplo, sí los primeros sinodales han sido blandos en sus preguntas y comentarios con el sustentante; al tercero misteriosamente se le mete el diablo y comienza a torturar al que defiende la tesis en forma despiadada y desproporcionada. Insisto no sé porque, pero hasta mí me ha pasado. De buenas a primeras, despierto de un mal sueño, en un auditorio lleno de fanáticos del sustentante, persiguiendo teóricamente a un pobre alumno que solo quiere un grado académico para pegarlo en la pared. Hace como un año, precisamente con el Dr. Arias me sucedió en Reynosa Tamaulipas, en el cual él fue el bueno y yo el malo. El estudiante se lucía hablando de filosofía y yo lo obligue a centrarse en la innovación educativa, que era de lo que se quería titular. Al final del examen un estudiante se acercó, pálido y lleno de miedo. Nos comentó:

—Híjole, yo pensé que esto sucedía solamente en las películas.

Por lo anterior y ante la hermosa presencia de la Dr. Irama Nuñez Tancredi que será siempre la técnica, renunció al puesto de malo- por lo menos en esta ocasión-. Me coloco en la esquina neutral y digo que no voy a hablar bien del libro. Ya dije que es mejor del Dr. Arias y hasta ahí. Que cada quien tenga su lectura, uso, vida y conclusiones.

Lo que si haré es establecer un diálogo vivencial y memorioso con los otros educadores entrevistas por el doctor Arias, dado que tengo el honor de ser uno de ellos. A la mayoría los conozco, de algunos poseo su amistad y hasta mutuo cariño y respeto. De otros no. En la Educación Ambiental tampoco hay monedita de oro. Por supuesto que no hablaré de lo dicho por mí en la entrevista, por miedo al vituperio. Que dé está entrevista, también, cada quien saque sus conclusiones.

El asunto no es personal; es heurístico: este diálogo es el que yo esperaría se estableciera entre cualquiera que ha tenido contacto con la educación ambiental y lo dicho por los entrevistados para sacarle todo el rico material que tiene como beta el texto, para con este pretexto darle contexto.

Comienzo con el último (Meira) y finalizó con la Doctora de Alba, tan solo para mostrar que este libro como la excepcional novela Rayuela de Cortázar – que cumplió 50 años de ser editada- se puede leer de múltiples formas, y es, en efecto, un modelo para armar.

Experto en comunicar el cambio climático y presidente de la sociedad gallega de educación ambiental, Pablo Meira tiene cinco cualidades que lo hacen próximo y entrañable para el de la voz: es valiente, hábil nadador, mejor futbolista, amante del mar y aficionado al documental ambiental y sus complejidades. Autocrítico reconoce el camino andado pero también la lejanía de la promesa de partida de la educación ambiental; el error, estima fue de la percepción que, en los setenta y ochenta, se tuvo en el enfoque de la crisis ambiental que ahora pagamos: no era un problema de irracionalidad de actores; sino del sistema en su conjunto. Pablo hace un esfuerzo por quitarle el manto sagrado, solemne, rancio y positivista- segmentario a la educación ambiental, por lo que la califica a nuestro campo como freaky, es decir un ámbito educativo raro, inasible y hasta estrafalario, en el que las fronteras no solo no están definidas y construyéndose, sino que se encuentran en permanente movimiento, con protagonistas nómadas más que sedentarios. Esta rareza, diversidad e inestabilidad del campo lo hemos podido constatar en los tres Coloquios nacionales que hemos organizado, en los a cuales los actores han sido distintos y poco estables en sus intereses y aproximaciones al campo. Lo que dice Meira es que este caos no es necesariamente malo en el campo; la indefinición hay que aprovecharla a nuestro favor y no en nuestra contra. Cita el ejemplo del financiamiento en el que hay que ir por fondos educativos, ambientales y de investigación. Hay que ser dúctiles y persistentes para que los proyectos no se mueran por hambre.

En la entrevista nos regala el despertar de su conciencia infantil de un mar en llamas; de los remedios peor que las soluciones; de la importancia de la lectura de revistas aparentemente marginales (como el Viejo Topo); de la importancia del maestro guía que te marca para siempre; del contacto deportivo con la naturaleza y de que es real la posibilidad y aspiración de que el campo de la educación ambiental te dé comer dignamente. En el dialogo teoriza sobre el decrecimiento sostenible y manifiesta dudas sobre el futuro de la educación ambiental: puede ser absorbida como una mercancía más con valor de uso y de cambio por el creciente mercado de servicios (casi como una empresa más de la industria del entretenimiento), que crece todos los días ante el incremento de una sociedad ociosa y en crisis más que por el hambre cultural. El otro temor es que la educación ambiental, pierda vertiginosidad ante la carencia delos fondos públicos, pero de eso, querido Pablo, ya tenemos mucha experiencia en México y aquí seguimos neceando.

Por su parte María Novo muestra una consecuencia absoluta entre lo que piensa y trata de practicar. Ella en Madrid, España también ha apostado a la formación ambiental en un Master, ahora longevo. La particularidad de este Programa Académico es que está dirigido a los que hacen planeación y toman decisión. Señala categóricamente que hay que sacar la educación ambiental de los claustros escolares y solos dirigida a niños. Asume que la educación ambiental es un acto político basado en los valores de la transformación.

El programa académico que ella dirige tiene más o menos el mismo tiempo que este de la UPN/095, lo que me hermana profundamente con esta respetada educadora ambiental, con la que apenas he tenido contacto personal, pero de a que atesoraba textos como si fueran cartas de amor. Pero de la entrevista del Dr. Arias a María Novo hago mía con la razón personal por la que se ha quedado en la educación ambiental: en este movimiento ha encontrado, personas y grupos magníficos. De verdad yo también, María Novo.

También entrevistado por Arias, otro educador ambiental preocupado por la formación, la investigación y capacitación así como por la modernización del campo es el granadino, es José Gutiérrez (Pepe, como le dicen todos en ambos lados del océano Atlántico).Sin abajes califica el fracaso de la Década de una educación para el desarrollo sustentable, sostiene que los: discursos que nacen castrados desde el comienzo en la medida que están articulados sobre modelos de participación muy dirigidos desde arriba. Convencido también del mito del cansancio de la educación ambiental, afirma de la necesidad del sector en la sociedad. Sin embargo, hay muchas tareas para el futuro inmediato: en metodología, en claridad de propósitos, en delimitación profesional, en mejorar resultados, etc. En resumen sostiene, el doctor en pedagogía, que hace falta redoblar los esfuerzos para que la visibilidad de la necesidad de la educación ambiental sea evidente y contundente en este espacio y tiempo.

Por su parte José Antonio Caride argumenta que los problemas ambientales no están contenidos o superados todavía y casi en cualquier unidad que se les analice (pobreza, dimensiones ecológicas, etc.) están aumentando considerablemente. Lo poco que se ha avanzado en educación ambiental se ha visto limitado por una visión fragmentaria y parcial de los problemas ambientales. Sostiene Caride que nos sigue faltando la mirada compleja integral e integradora, como preámbulo previo e indispensable giro de 180 grados en el estilo de vida dominante en la sociedad actual. Caride piensa que la educación ambiental no puede transitar por un solo camino, debe mantenerse abierta a las realidades circundantes y al dialogo con otras visiones. La educación ambiental como cualquier otra, debe aspirar a la calidad, generadora de enseñanzas y aprendizajes significativos. Del mismo modo, encuentro puente de comunicación con este renombrado investigador: llega a la educación ambiental por tres razones que podíamos haber expresado muchos de los aquí reunidos: por completar el proceso formativo, por casualidad y dando clases en una universidad. Los vacíos formativos generales, lo caprichoso del azar y tener la apertura para aprender enseñando en el campo son un combinado de elementos que como una red de pesca te pueden atrapar de por vida en la educación ambiental. Se los dice un preso de vocación.

No recuerdo si el mismo día, pero sí que fue en el II Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental en Guadalajara, Jalisco, en junio de 1997. En ese evento tuve la fortuna de conocer al Doctor Arias y a al Dr. Javier Benaya (elBenayas como le dicen los brasileiros). Los dos eran en extremo jóvenes y lejos todavía de la corte de los Doctores en Educación Ambiental Iberoamericana. Recuerdo a Javier en la mesa de profesionalización de la educación ambiental argumentando en contra de la iniciativa de la educación para el desarrollo sustentable como una imposición que sustituyera a la todavía viva y vigente Educación Ambiental. Todos estuvimos de acuerdo en ese momento con lo que decía el joven Benayas —aunque luego unos de los presentes se fueron a sacar la foto cuando llego la Década que impulso la Unesco, que por cierto no llego muy lejos, más allá del click de aquella foto venerable y publicitaria—. Más adelante en ese mismo Congreso Internacional compartimos la mesa en la presentación del libro Evaluación de Programas de Educación Ambiental de Alicia de Alba y Edgar González. La vida y la educación ambiental nos han juntado muchas veces: en Jonville en Brasil, compartimos otra mesa: la del pan , el agua y la sal. Comimos juntos un plato de algo parecido al picadillo, pero sin los ricos condimentos mexicanos. Después de la cucharada número 800 Javier paro y dijo:

—Está bien el plato, aunque un poco monótono.

Lo volví a ver en Montreal en el 2009, en Puebla el año antepasado y en Marrakech este año. Puedo decir que es mi amigo de congresos, como personaje de las novelas de Roberto Bolaño (2666); que me gusta reencontrarlo y saber que seguimos vivos y aquí en este campo abriendo brecha. La educación es una arma- sostiene Javier Benyas en la entrevista hecha por Miguel Ángel-pero tiene que estar bien dirigida, no puede ser una pistola en las manos de un ciego o solo autocomplaciente, debe ir hacia el no convencido y hacia el tomador de decisiones. Pienso inevitablemente en la clase política de nuestro país y me aterraría tener en un grupo a, por ejemplo, los que suscriben los pactitos vende patrias o reforman leyes en 20 minutos.

Para Benayas la educación ambiental es más camino que morada. No esta estacionada, está en constante movimiento, avanza, es una construcción interminable de re conceptualización colectiva. Didacta usa otra metáfora: la educación ambiental es una medicina escasa, todavía insuficiente. en mucho porque nos solazamos viendo nuestro ombligo; hay que ir por más y con más. Reconoce que estamos en un impasse; un momento de pensamiento e inflexión. El futuro depende de la capacidad de organizarnos hoy como educadores y como sociedad.

Benayas es biólogo, hijo de profesores de primaria como un servidor, con vidas paralelas a las que no renuncia, con fuerte compromiso social ,magnifica persona, espero reencontrarme con Javier Benayas pronto, tal vez en otro Congreso .otra entrevista o libro.

Me pasó lo mismo con Víctor Toledo que con Lucie Sauvé, me los imaginaba distintos a leerlos que cuando los conocí; a él me lo figuraba entre José María Morelos, Pancho Villa y Trotsky y ella entre Rosa de Luxemburgo y una defensa central de la selección canadiense de hockey sobre hielo. Nada que ver. Son los dos finísimas personas, dulces y casi frágiles hasta introvertidos y discretos, pero eso sí, con el arma caliente entre los dedos de sonarla contra lo establecido y el modo de producción injusto e insustentable, en escritos e investigaciones; formaciones e intervenciones.

De Lucie Sauvé admiro, y queda claro en la entrevista, su pensamiento límpido en espiral ascendente, que no se detiene hasta llegar al blanco político. Propone un método en tres pasos: 

1) Hay que partir de la realidad ambiental inmediata y problematizarla: por ejemplo, de donde salió lo que comimos esta tarde o esta ropa con la que nos vestimos y salimos a la calle.

2) Luego construir casos, esto es: reflexionar, escribir, analizar, documentar, buscar información. Ir de la acción social a la acción educativa y viceversa. Es necesario asomarnos a otras experiencias de proyectos de educación ambiental.

3) Es indispensable involucrarse en proyectos colectivos y si no existen hay que detonarlos. Ella nos da un ejemplo en la entrevista, de cómo a partir de actores locales, se da un movimiento nacional.

Lo anterior nos llevará sin remedio a cambiar los granitos de arena conductuales e individualistas en anclajes de acciones educativas. Lo político, la reflexión, lo socio-ambiental, el trabajo colectivo, y lo educativo siempre caminan juntos en el pensamiento de Sauve, La educación ambiental es la puesta en común de un pensamiento comunitario que avanza sigilosamente. Se pregunta la Quebecua :¿ cuál es el papel del educador ambiental en este contexto? y contesta desde la realidad probada: ayudar a organizar para la resistencia o el cambio.

A la Doctora canadiense la conocí en Veracruz en el 1999, en el primer Congreso de Investigación en Educación Ambiental y la volví a ver en Montreal en el Congreso Mundial de Educación Ambiental en el 2009, del que fue la líder indiscutible. En ambos Congresos mantuvo la misma actitud, que llamaría, la aspiración legítima a ser una más de los cientos de congresistas. De ella me encanta todo: su bonhomía, sencillez, contundencia, inteligencia, trabajo, coherencia, lo bien informada que esta de la educación ambiental como política pública en el mundo y de los problemas ambientales que hay que enfrentar. Cita por ejemplo el derrame en golfo del 2010, que nadie quiere recordar o el terremoto en Japón del 2011.

Salvador Morelos Ochoa es uno de los grandes documentalistas ambientales que ha dado este país: a nivel de Nicolás Echeverría, Eduardo Maldonado o Mendoza, Juan Carlos Rulfo o Rogelio Martínez Merling, se lo he dicho muchísimas veces en público y en privado. Todavía como Coordinador General del Cecadesu y funcionario de la Semarnat, le concede la entrevista al Dr. Miguel Ángel Arias, para el libro de La Construcción del campo y las respuestas lo acercan al puesto más que a la complejidad ambiental de su obra fílmica, por ejemplo, a los dos preciosos documental: La vida en el pantano filmada en Centla, Tabasco y Ahora que aún es tiempo en el Istmo de Tehuantepec Oaxaca. Es de las entrevistas más largas del libro y la tentación de dar informe de gestión le resulta inevitable. Es largo el informe de lo que nos ha faltado y toca un tema crucial; lo que él llama actualización docente y yo formación docente ambiental haciendo dos aseveraciones que no comparto y me desconciertan: 1)hay que identificar actores en el ámbito y , 2) que en un proyecto de incorporación de la educación ambiental a la educación básica con la Secretaría de Educación Pública- institución que, se desprende de la entrevista, lo apostó todo-, no encontró a diez educadores ambientales de tiempo completo, con cierta formación. Me sorprenden esas dos afirmaciones; en primer lugar porque él y un servidor, nos conocimos como coordinadores académicos de Programas de Educación Ambiental, en la década de los noventa del siglo pasado, Chava Morelos en la Especialidad de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y el de la voz de aquí mismo, ¿no se a qué actores se refiera en esto de la capacitación a docentes. En segundo lugar decirle que en esta Maestría ya existen más de 500 egresados (si contamos Cursos, Diplomados, Especialidades y Maestría) que estarían dispuestos a incorporarse a estos proyectos si los invitaran. Sí el proyecto —por supuesto, desde arriba— necesitaba diez educadores ambientales formados en el campo, mi Chavita, bastaba una llamadita.

Tengo que decir dos cosas más sobre ese casito: 1) Salvador Morelos para la fortuna de la educación ambiental está de regreso y ya tiene sobre su hombro derecho, la cámara digital. Es una buena noticia sin lugar a dudas, y 2.) ¿Alguien sabe el nombre el actual Coordinador General del Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable de la Semarnat ? Si lo saben, por favor, socialícenlo no se vaya a terminar el sexenio y nosotros de ignorantes.

Al doctor Javier Reyes Ruiz lo conocí también por escrito literariamente por 1991, en unos textos sobre educación popular y educación ambiental, que usábamos en la primera generación de la maestría en educación ambiental. Tengo que decir que leíamos lo disponible en ese momento, que no era mucho, pero particularmente el texto funcionaba. Luego en 1998, alguien me pasó la prueba editorial del libro del Manual del promotor y educador ambiental para el desarrollo sustentable, para que le diera el visto bueno. Lo firmaban el dúo dinámico de Pátzcuaro (Joaquín Esteva y Javier Reyes R.) educadores ambientales comunitarios de los de a deberás, me dijeron al poner el libro sobre mi escritorio. En los anaqueles de una biblioteca me encontré, más tarde, una introducción que realizó para la Comisión de áreas naturales protegidas. de Educación para la Conservación. Mi relación con el Dr. Reyes a estado mediada por libros, siempre libros. Los adictos a algo terminan por encontrase a veces como provedores, a veces como consumidores.

Años después, en una práctica de campo con la octava generación de la Maestría, en Pátzcuaro Michoacán, nos regaló una hermosa, profunda y seductora, conferencia en el Centro de Estudios Sociales y Ecológicos, en una de las muchas visita que hicimos a los educadores ambientales in situ. Ya en la década pasada, me lo encontré desempeñando tareas académicas en la Universidad de Guadalajara lo que festejé porque ese tipo de académicos de 360° grados (con preparación, trayectoria en un campo de conocimiento, pensamiento propio, producción a toda costa, y experiencia social y comunitaria) no son muy comunes y son de lo que están habidas las Universidades y la educación ambiental. Gracias a él y a Elba y al equipo de acá, los dos Programas Académicos más longevos en educación ambiental del país, se encontraron: en diálogos, encuentros académicos, reuniones de trabajo, ferias del libro, textos, pretextos y en innumerables cantinas y tequilas. .La vida nos acercó y eso también es motivo de alegría para mí.

Me gusta decirle a Dr. Reyes que es un 4X4 de la educación ambiental: todo terreno que puede dar una clase y ser muy exigente al extremo- me toco codirigir un grupo con él en términos virtuales- o dejar al auditorio con la boca abierta después de una conferencia, para después ir con campesinos o debatir los grandes problemas de la educación ambiental con los colegas iberoamericanos y nacionales o negociar una propuesta de incorporación con algún nivel de gobierno.

Pero Javier es por sobre todo un inmenso ser humano: tolerante, reflexivo, sólido, lúcido, solidario, introspectivo, generoso, trabajador, promotor y gestor de proyectos, líder, integrador, crítico, alegre y combativo y también por su estilo; de lentes obscuros, cabello largo peinada hacia atrás, pantalones de cargoabercrombie, back pack Victorinox, Lap top con calcomanía de Vivaldi, camisa de manta y tienda de campaña Coleman: es yuppie, maduro, posmoderno y sustentable (pero ojo: hay que tener cuidado con los conceptos y definiciones porque este lo aportó otro yuppie: Oswaldo Escobar Uribe)

A pesar de él, Reyes tiene una mirada optimista de la educación ambiental- que no ingenua- .En la entrevista con Miguel Ángel señala un acierto de nuestra generación de educadores ambientales: el impacto que significa haber extendido la preocupación ambiental entre la gente, la cual aún con actitudes y comportamientos impregnados de contradicciones ya reconoce como uno de los problemas centrales de este momento de la historia , al deterioro de la naturaleza y la importancia de lo humano que está jugando en ello.

Enrique Leff tampoco se encuentra a gusto con La década de la educación para el desarrollo sustentable, porque asegura que desvirtúa la radicalidad de la educación ambiental para refuncionalizarla con el despropósito de un desarrollo sostenible forjado en una equivocada racionalidad económica. Hay que asomarnos a la crisis ambiental radicalmente porque ésta implica transformar de fondo los paradigmas del conocimiento, los métodos de enseñanza, los contenidos, implica, también un cambio del modo de ser, del modo de pensar, de actuar, de sentir y de vivir la vida en todos los sentidos.

Como se puede ver en esta simple cita; el líder del movimiento del 1968 en la que fue líder de la Facultad de Química, es por lo tanto, ingeniero químico,, luego sociólogo y doctor en economía, epistemólogo ambiental, tenor, discípulo directo de Michel Foucault, pensador de izquierda, ex funcionario del Pnuma. Ha él hay que leerlo bien y con cuidado. Párrafo por párrafo, sin prisa y a profundidad. A mí, para decirlo claramente, me sigue faltando el libro ilustradoLeff para principiantes, que alguna vez le propuse hacer y que vi como se le iluminaba el rostro. Es decir, es indispensable traducir a ese pensador generando andamios que ayuden a alcanzarlo. En países de Sudamérica tiene una envidiable fanaticada y es un orgullo saber que Enrique Leff, un mexicano como la mayoría de los que estamos aquí mismo, se lee, refiere y cita en los cinco continentes del planeta. Y es un lujo también que lo podamos leer en este libro.

Edgar González, afirma en la entrevista, que a la educación ambiental no es, ni puede ser considerada la panacea que resuelva todos los complejos problemas ambiental, menos cuando ésta ha tenido un papel subordinado tanto en las políticas públicas ambientales como educativas. Más todavía ante los cambios científico—tecnológicos, sociales y políticos que tienen lugar previo al establecimiento de estás políticas. Para él la construcción en este dinámico campo es una virtud. Sorprende que lo multidisciplinario del campo haya sido uno de los motivos personales para quedarse en la educación ambiental. Observador acucioso de la realidad, en la entrevista demuestra que es experto en cambiar el sentido de las preguntas para sacarles filo o por lo menos explotar o explorar un filón distinto del que dicta el sentido común inmediato.

Finaliza este recorrido de entrevistas a la inversa, de lo estructurado en el libroLa construcción del campo de la Educación Ambiental, el encuentro personal del Dr. Arias con su maestra de vida la Dra. Alicia de Alba. Excepcional persona e increíble académica. Recuerdo a la Dra. De Alba y su incesante trabajo. Por solo darles un ejemplo, refiero que en Mexicali, Baja California en 1993, después de una jornada de intenso trabajo, con la recién fundada maestría de educación ambiental de la UPN de por esos lares, algún participante de esos que nunca faltan, recomendó ir a cenar y lo que siguiera. Personalmente invite a la Dra. Alicia, que se negó amablemente:

—No, gracias Tonatiuh, tengo que trabajar.

Cuando pasamos por su cuarto ya de salida vi una computadora lap topencendida y continuaba así cinco horas después, a nuestro regreso.

Cito algunos pedacitos de conocimiento educativo, que se desprenden como moronitas de sabiduría de la entrevista:
  • A través de la educación se constituyen seres humanos; se configuran seres humanos, la educación lo atraviesa todo. La educación es multidimensional y relacional.
  • Hay que incorporar a la educación ambiental aspectos ontológicos, epistemológicos y teóricos, pero también aspectos más pragmáticos, es indispensable llevar la educación ambiental a los huesos, al tuétano 8…9 tener otra visión, actitud, conducta, perspectiva, mirada, una nueva relación con la naturaleza, con el ambiente y que este en constante revisión.
  • Debemos abrir canales de comunicación, de interlocución, de circulación de información entre los diferentes grupos y sectores sociales y entre las distintas generaciones respecto al problema de la educación y sobre el tema de lo ambiental y la forma en que podemos participar en su mejoramiento.
Ya por último, como pueden escuchar (ahora leer) el libro vale la pena. Es un rompecabezas personal y un armacabezas sustentable. Probé de indiscutibles elementos teóricos y senderas prácticas el campo de la educación ambiental.
Al leerlo todo uno queda con la sensación de que en verdad no se está solo. Y que tenemos muchas cosas en común con estos catorce locos fotografiados con sus propias palabras por el Dr. Arias Ortega, al que le terminamos otra vez agradeciendo, este diálogo con los quijotes de la educación ambiental, tan iguales y tan distintos.
Muchas gracias.